Un miércoles de septiembre en Dublín

Ya es miércoles. Las clases esta mañana han sido interesantes, en la de CLIL hemos trabajado con el concepto del scaffolding en educación. Yo ya sabía algunas cosas sobre esto pero lo hemos trabajado con ejemplos prácticos, lo cual hace que se comprenda mejor su aplicación en el aula.
Algo que no esperábamos en este curso es que Roisin, la profesora de CLIL, nos está enseñando algunas expresiones básicas en gaélico y algo de vocabulario. Es realmente difícil enfrentarse al aprendizaje de una lengua completamente desconocida para ti desde cero.

Sentarse al otro lado de la clase, en el lugar que ocupan los alumnos es una buena manera de ponerse en su lugar y de entenderlos mejor. No siempre te interesa cien por cien lo que el profesor está diciendo en ese momento, debes esforzarte por entender lo que dice, en este caso en inglés, te puede dar la risa por un comentario que te ha hecho un compañero, o puede que no lo entiendas todo a la primera. Osea, los alumnos y los profesores nos parecemos en algo, somos seres humanos.

Después de las clases hemos paseado por el Grand Canal hasta el distrito donde están las grandes compañías tecnológicas que tanta notoriedad han dado a Irlanda (y que apenas pagan impuestos, pero eso es otra historia)

Tampoco han faltado las compras de souvenirs en Grafton Street. Hoy había mucha vida por el centro de la ciudad y, además, la lluvia ha tenido la amabilidad de caer mientras cenábamos.

Es un privilegio poder estar aquí, poder hablar con profesores de otros países, intercambiar ideas, opiniones, información sobre los respectivos países, etc. También es una oportunidad de vivir, aunque sea por unos días, la vida en una gran ciudad como Dublín, con sus parques y sus prisas, sus casas georgianas y sus pubs.

Hombre leyendo en Canal Street